"Este singular edificio tiene planta de cruz latina con dos capillas laterales adosadas. La sacristía se ubica en la cabecera y dispone de dos niveles. En el nivel superior hay un balcón volado de piedra con un altar y un púlpito protegido por una barandilla de hierro que se utiliza para celebrar misa al aire libre en días de gran concentración de romeros y devotos. En su conjunto el edificio destaca por su armónica monumentalidad con clara influencia del vecino santuario de As Ermidas, sobre todo en la construcción de la torre y crucero. Contrasta la sencillez exterior con el aire de grandeza que trasluce el interior. Imagen semejante ofrece el templo construido por las mismas fechas y bajo la misma advocación en Salas de la Ribera, obra, quizás del mismo autor.
La nave principal tiene tres tramos coincidiendo uno de ellos, el primero, con el coro y el último, con las pequeñas capillas laterales. Los muros son de manpostería con sillares bien labrados en los esquinales. Una bóveda de piedra, de medio cañón, cubre el coro. En la decoración interior destaca el retablo, de notables similitudes con el conventual de Samos. Tiene un frontón sobre cuatro columnas corintias que custodian un autorrelieve con figuras que representan a los apóstoles y a la Virgen maría, además de una imagen del Santo Cristo en el momento de la Ascensión, obre que se cree de la autoría del escultor Ferreiro a quien, parece ser, se lo encargó el marqués de Figueroa, ilustre personaje con derecho de representación en la Parroquia de Prada.
Antes de este santuario es posible que hubiera una ermita, pues según una inscripción del dintel de la puerta que dice: "Ascensio Domine 1690", data la construcción del templo de finales del XVII. Años más tarde se hicieron diversas reformas destacando la fachada de 1816, donde se gastaron 26.000 reales vellón en levantar la torre" D. Antonio Castro Voces..