¡Oh sotos de castaños!
(poema de Esteban Enríquez Fernández, natural de San Martiño de O Bolo)
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reparadoras sombras que invitáis al silencio
y a la meditación en las tardes de verano
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Seguid durmiendo y no susurréis,
que bajo vuestra sombra, canten los grillos
dulcificando el estridente llanto que emite la cigarra, bañándose en el sol caliente de la tarde |
¡Enmudeced, pacíficos castaños!
no murmuréis ahora; esperad
que el soplo de la brisa acaricie los sentidos del alma, |
recordando amores
que bajo vuestra sombra prometieron
nuestros antepasados...
Dormid, dormid, gigantes del pasado, guardianes de secretos; |
porque los hijos de nuestros hijos, recogerán en noviembre |
vuestro fruto y harán su magosto
en las noches de luna otra vez...