Los
había visto anteriormente entre Valdín y Porto, también alguno en el monte de
Chandrexa de Queixa y Manzaneda, pero
ninguno tan grande como este que muestro aquí.
Se
puede ver desde una gran distancia, en medio del monte. Al principio pensamos
que sería una cabaña de pastores y al ver que no tenía ninguna entrada
supusimos que era un hito de pastor.
En el
pueblo conocimos al hermano de un amigo de mi marido y él nos lo confirmo. Por
su madre ya sabíamos que él pasa casi todo el verano en el monte con el ganado,
cabras y ovejas en un curro que tiene en plena sierra, en lo más alto. Nos dijo
que se situaban en sitios apropiados y eran de gran ayuda cuando había niebla
para orientarse. Quedamos con él para ir al curro en verano cuando tenga allí ya
a los animales y aprovecharemos para que nos muestre “el pozo del diablo” y nos cuente entera la leyenda.