Un amigo me dijo un día que había un pueblo tan hermoso
y tan distinto a cualquier pueblo, que me iba a encantar. Me dijo que se
llamaba Edrada y era del Concello de Vilariño de Conso. No quiso
explicarme nada más de él, para que fuera yo misma quien disfrutara de tanta
belleza in situ.
La primera vez que lo
vi quedé maravillada. Era un pueblo pequeño, recogido, rodeado
de un entorno de cuento de hadas. A sus pies se extendía un verde prado que más
bien parecía una mullida alfombra y de la montaña una caída de agua bajaba
serpenteando, blanca y furiosa. El pueblo está parcialmente rodeado por
castaños centenarios, arrugados, retorcidos, majestuosos, hermosos. Edrad
Es uno de los
rincones que enseñamos a nuestros amigos, pues tanto a mi marido como a mí nos
encantó y lo visitamos muchas veces y siempre nos asombra.
Adeus Edrada?? un corto que hizo Rubén Rios en Edrada y por el que le dieron un mestre mateo |